Dispara, yo ya estoy muerto – Julia Navarro
Reseña realizada por Teresa Argilés
Finalizando el S. XIX, y por azar del destino, dos sagas familiares, los Zucker, judíos, y los Ziad, musulmanes, unirán sus vidas y sus destinos buscando lo mismo: la paz para sus pueblos y el entendimiento entre sus gentes.
Los Zucker, perseguidos por ser judíos, tienen que abandonar Rusia y peregrinar por Europa hasta llegar a la que consideran su Tierra Prometida. Cuando Samuel Zucker llega hasta allí compra las tierras del musulmán Ahmed Ziad, a quien permite seguir viviendo y trabajando en el mismo lugar. Desde el principio se estableció entre ambos un fuerte lazo de la amistad a pesar de sus diferencias. Una relación que procurarán transmitir hasta el final de sus días, consiguiendo que este sentimiento cale en sus descendientes. A pesar de los momentos en que la relación flaqueó, siempre consiguieron volver la mirada atrás y recordar a Samuel y Ahmed…
Es una historia llena de historias, de pasiones y de amores que no se verán materializados por su condición de judíos y musulmanes. En ambos clanes anida un fuerte arraigo por sus religiones y respeto a sus mayores.
Lucharán en bandos diferentes, pero siempre tendrán presente que sus progenitores estuvieron unidos y se ayudaron desde el principio. Nos encontramos ante una novela con un profundo contenido, de fácil lectura que te sumerge en esa tierra tan singular en la que puedes tomar partido por unos o por otros en un momento y lo contrario a continuación.
Julia Navarro, siempre te pone a prueba para que te sumerjas en el lugar, lo veas, lo huelas y lo vivas. No defrauda nunca con sus historias entrelazadas. Sobre esta obra ha llegado a afirmar que es su novela más enrevesada.
Los lectores que en su día leyeron Dime quién soy, recordarán que el denominador común de ambas son las sagas familiares que te mantienen en vilo hasta el punto y final.